Es cierto que en muchas ocasiones nos preocupamos demasiado del ¿qué dirán?.
Yo creo que es necesario reirse de la vida y defender aquello con lo que nos sentimos bien, aunque en el intento los demás nos critiquen.
Nos asusta el ridículo, pero, ¿qué es hacer el ridículo?
¿Acaso tomarse las cosas (o actuar ante ellas) de forma distinta a como lo hace la mayoría?
¿Quizá defender una idea qué, a ojos de lo demás, parece absurda?
O tal vez, ¿tomar decisiones que los demás no comparten porque no se atreven?
A muchos de los que se atrevieron, el tiempo y la historia les convirtió en pioneros, descubridores, incluso genios.
Así pues, ¿qué importa hoy si en su día hicieron el ridículo?, a ellos no les amedrentó ser los primeros en salir al bailar cuando la pista estaba vacía; y siguieron bailando… A pesar de aquellos que esperaban arroparse en la mayoría para que nadie se fijase en ellos.