Últimamente debo estar nostálgico, no se, pero las imágenes del pasado se me presentan con más fuerza que nunca.
Hace mucho tiempo, cuando yo aún era joven, leí un libro que me apasionó; en aquel entonces ese libro representó para mi algo así como una religión de la que me hice dovoto al instante y, todavía hoy, siempre que algo o alguien intenta abrumarme, pienso en Juan Salvador Gaviota, en sus ansias de volar, en su espíritu indomable, y eso basta la mayoría de las veces para espolear mis propios ijares y seguir luchando.
Gracias a Richard Bach por escribirlo y al azar por ponerlo en mis manos.